Saturday, March 15, 2003


la ultima del edgar rencor luna

hace algunos blogs atrás el ERL describe cómo golpea a silvaman y termina (rencor luna) su anéctoda con un golpe en la cabeza y desmayándose.
Sí fue así: llegaron al recreo el edgar y dos tipos los cuales no me tragan, uno alto y el otro también alto pero gordo, este último tipo tiene un tic en el ojo izquierdo (lo cierra) lo cual lo hace ver muy cómico cuando está tomando cerveza con sus amiguillas y les dice: (tic) (tic) voy al baño (tic) (tic); bueno, total que llegan al bar mientras yo estoy bailando con la nalgona amiga cinthya que conocí en la ferreteria hace algunas mañanas atrás y estos 3 tipos le piden la licuadora al nehemías (o como se llame el cantinero) y rájale licuan 2 libros de Ray, 1 libro de poesía italiana moderna, 2 cuentos de mafalda, 1 libro de chente (sí, vicente aleixandre) y un diccionario en inglés (porque creo que está de moda) y hacen un coctel tan pesado como los cronistas de futbol y aquí es donde el desorden empieza: la gente comienza a aventarle cosas al edgar (él comenta que es a silvaman) y el pobre tipo en la silla no puede hablar porque lo están sujetando dos tipos altos (uno de ellos gordo) y la boca la tiene llena de mafalda y edgar rie son control y se rasca la panza mientras rie y se jala los pelos de la nariz mientras se limpia las lágrimas porque es demasiada la risa... entonces ustedes dirán cómo me di cuenta de eso, como pudo ser, acaso silvaman tiene un poder escondido que lo hace ver con claridad mientras le es atacado una infución de letras italianas modernas? pues no, la verdad no; yo estaba en la esquina presenciando tal desfiguro y tal agresión del la pandilla del letrillas de juarez contra el pobre pobre miguelito que en su vida a hecho mal a nadie. yo fui el tipo que lentamente y al ritmo de una canción de tintan (rocola en el recreo) llegué por atrás del desgraciado del edgar desgraciando al miguelito y le tuvo que reventar los granos que tiene en la cabeza con una botella de cerveza sol, edgar seguía riendo, los dos amigos que no me tragan (uno de ellos gordo) al ver tal atrocidad salieron corriendo del bar, creo que no volverán por esos rumbos en un buen tiempo. edgar se disculpó conmigo diciendo algo como perdóneme oh gran silvaman pensé que podría con usted; yo le dije no, no necesitas de mi perdón para seguir viviendo, anda (y le puse una mano en la cabeza) anda invítame unas cervezas; el solamente dijo: lo que usted ordene señor, lo que usted pida señor y seguimos bebiendo hasta el amanecer

el miguelito ya es uno de los letrados más respetables de ciudad juárez, reseña libros en la jornada junto con las texturas de los papeles utilizados en su impresión

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